martes, 7 de julio de 2015

Geobiología y el síndrome de "las casas enfermas"

Por fin reúno fuerzas y energía para hacer una nueva entrada. Este noveno y penúltimo ciclo ha sido muy duro. Por diversos motivos no he realizado mis sesiones de acupuntura, reiki… y vaya si lo he notado. Han pasado casi cuatro semanas y aún no me siento del todo bien. Las molestias intestinales, mareos, malestar general, cansancio físico y emocional y ahora algún desorden en el ritmo cardíaco. Así que para este décimo y último ciclo no voy a desestimar ninguno de los beneficios que las terapias paralelas que realizo me aportan.

En este post quería compartir mi experiencia sobre la GEOBIOLOGÍA. Un buen día alguien me aconsejó que no estaría de más poder realizar un estudio geobiológico de la casa en la que vivimos, para determinar si era una “casa enferma”. Es sabido que una exposición continuada a determinados tipos de radiaciones puede exponernos al cáncer. ¿De qué sirve entonces mantener una estilo de vida saludable si el hogar en el que vivimos, nuestro “refugio”, no nos ofrece bienestar?

La Geobiología es la ciencia que estudia las energías que emanan de la tierra y la relación que existe entre estas energías y los seres vivos. La finalidad última de la geobiología es mejorar el bienestar y la salud de las personas.

Vivimos rodeados de radiaciones que no se ven pero que afectan a nuestra salud. Estas radiaciones pueden ser naturales (radiaciones que emanan de la tierra y provocan variaciones en el campo magnético y eléctrico de nuestro entorno y pueden debilitar nuestra salud, provocadas por alteraciones geofísicas, redes geomagnéticas o radioactividad ambiental) o artificiales (radiaciones provocadas por las nuevas tecnologías, principalmente).

Así que nos pusimos manos a la obra y el primer paso fue visitar la web de GEA (Asociación de Estudios Geobiológicos) para conocer algo más sobre esta ciencia y solicitar un listado de profesionales. Contactamos con varios de ellos para conocer un poco más su método de trabajo y honorarios.

Tuvimos la gran suerte de contactar con dos profesionales excelentes. Debo hacer mención que su misión, tal y como uno de ellos indicó, “no es hacer negocio con la salud”. Y así fue. Llegaron a casa y nos pidieron que no les contáramos nada para no influir en sus observaciones y diagnóstico.

El estudio geobiológico se realiza mediante la radiestesia (sensibilidad del propio geobiólogo que percibe en su cuerpo, con la ayuda de un péndulo o varillas, los impulsos producidos por ondas geomagnéticas) y los aparatos d detección. De esta manera se realiza un diagnóstico para determinar la posible contaminación emitida por fuentes de radiaciones artificiales que crean contaminación electromagnética y eléctrica que pueden ser generadas tanto por fuentes externas (antenas, transformadores, WIFI….) como internas (revisión de instalación eléctrica, tomas de tierra, aparatos eléctricos, electrodomésticos, teléfonos inalámbrico, router...). Para ello se utilizan aparatos de medidas de radiaciones electromagnéticas de altas y bajas frecuencias. Con demasiada frecuencia no contamos con información veraz sobre las consecuencias de convivir con tanta tecnología que, si bien en ocasiones nos aporta aspectos positivos, en otros, puede dañar seriamente tanto nuestra salud como la del resto de miembros de la familia. Y no digamos la indefensión que puede llegar a provocar la instalación  por "decreto ley” de antenas de telefonía en las terrazas de comunidades de vecinos.

En cuanto a las radiaciones naturales, tal y como he mencionado anteriormente, que pueden ser provocadas por alteraciones geofísicas (existencia de aguas subterráneas o fallas geológicas), redes geomagnéticas (Líneas Hartmann y Curry) o radiactividad ambiental, es importante descartar que no dormimos sobre una corriente de agua subterránea ya que  puede verse alterado el funcionamiento de la glándula pineal encargada de  la regeneración celular. Además el cruce de dos líneas Hartmann o Curry genera un campo magnético geopático que se ha relacionado con numerosos tumores malignos. Finamente, se realiza la detección con la ayuda de diversos aparatos (brújulas y magnetrómetros, kombi-test para localizar las fuentes de contaminación electromagnética y eléctrica; y contadores geiger que medirán las diferencias de niveles de radioactividad). Cabe destacar que pueden registrarse altos niveles de radiactividad en nuestro entorno cotidiano debido a la composición mineral del subsuelo. El terreno sobre  el que están edificadas nuestras viviendas puede contener granito y arcilla, entre otros, que tienen una alta concentración de uranio. Este mineral puede estar presente en determinados materiales de construcción y decoración, como algunos tipos de gres y de cerámicas. En su proceso de descomposición, el uranio emite gas radón que está clasificado por la OMS como la segunda causa de cáncer de pulmón del mundo. El gas radón es inodoro, insípido e invisible, por lo que una sencilla medida de prevención es garantizar la ventilación de nuestra casa. En España las mayores concentraciones de este gas se sitúan en el centro de la península, en el oeste y noroeste.

Retomando el estudio geobiológico realizado, cada uno de los profesionales dispuso su material de trabajo y empezaron con una observación silenciosa y exhaustiva tanto de los exteriores como del interior de la vivienda. El estudio trascurrió durante casi dos horas. Entre ellos pusieron en común lo que cada uno había determinado y nos dispusimos a saber el diagnóstico:

Sorprendentemente (para ellos), el estudio concluyó que la casa en la que habitamos no sufre ninguna geopatía; simplemente debíamos de mejorar algunos aspectos (cambia el teléfono inalámbrico por uno “fijo”; instalación de interruptores en aparatos de aire acondicionado para que no estén en stand by continuamente; prescindir de algunos aparatos eléctricos con pequeño transformador; ventilar bien la casa y, en especial, el baño, sobre todo después de haber tomado una ducha caliente…). Como curiosidad, nos desaconsejaron las encimeras de granito. Por otro lado, en el patio exterior se detectó una corriente de agua, pero al ser un espacio en el que no se pasan muchas horas no fue necesario adoptar ninguna medida. Ah!!!! Y recordad no dormir con teléfonos móviles encendidos en la mesilla de noche ni en la habitación y cargarlos en estancias lo más alejadas posibles de las zonas de descanso; y,  sobretodo, apagar el WIFI por las noches!!! Pequeños gestos que pueden mejorar nuestra salud.

Si tenéis más interés sobre el tema, nos recomendaron leer a Mariano Bueno, gran pionero y divulgador de alternativas de vida saludable. En este caso concreto nos recomendaron “El gran libro de la casa sana”.